¿Qué tal si desestructuramos todo el decorado de esta casa para darle un nuevo aire, pensando en los visitantes?
Esto es el Home Staging, una puesta en escena. ¿Por qué?
Porque el visitante que llega a tu inmueble, llega con dos listas, una blanca y una negra. Una lista de emociones positivas y otra de emociones negativas. ¿Qué emociones quieres que tu vivienda despierte en cada posible comprador o inquilino?
Digamos que el visitante, mejor no, vamos a llamarlo Juan.
Juan llega con su mujer, ellos ya han visto Pinterest, Instagram, ya han comprado cosas…, y quieren saber si tu vivienda se adapta a los deseos que ellos tienen.
Es necesario meternos en la cabeza de Juan, Pedro, María, Carmen… saber que ellos ya están viendo cosas en redes sociales.
El comprador de hoy se presenta, en la mayoría de los casos, con los deberes hechos. Tienen claro lo que quieren, lo que les gusta y saben perfectamente donde quieren vivir, aunque muchas veces vengan intoxicados, porque el exceso de información e idealizar los espacios también perjudica.
¿Por qué digo esto?
Cuando visitamos grandes almacenes todo está bonito, perfecto, en su sitio, todo cuadra, todo apunta a despertar tus inquietudes, tienes que llevártelo a casa. Lo que muchas veces no entendemos, a simple vista, es que las exposiciones están realizadas en espacios diáfanos, lisos, sin pilares, accesibles, cuadrados o rectangulares. Todo calza a la perfección.
Eso es pura fantasía, la mayoría de inmuebles no son diáfanos, ni accesibles al 100%, ni espaciosos, ya que siempre hay un pilar, un mal ángulo o una pared que no termina de cuadrar, metros que sobran o metros que faltan.
La vida real está muy lejos de la escena de los grandes almacenes, y tú tienes que vender o alquilar, por eso es tan importante entender lo que puede aportarnos el Home Staging.
Lucía compró una casa porque tenía pensado mudarse, mejorar así su calidad de vida, estar más cerca del trabajo…, pero finalmente no pudo. Y esa segunda vivienda que compró sigue ahí, estancada, paralizada, deteriorándose poco a poco. Resulta que esa casa termina siendo un trastero y ahora esta propietaria tiene que vender porque necesita dinero.
¿Qué puede hacer Lucía? ¿Por dónde empieza?
Buscando asesoramiento, no desesperándose., dejando de lado los resultados instantáneos, porque nueve de cada diez fracasan.
Lo mismo ocurre con Pedro, que ha heredado una vivienda, no le hace falta y quiere librarse de ella por el coste que supone mantener un inmueble.
Estas personas ya han probado, han investigado, han comprado artículos de decoración, por lo general siempre ligado a sus gustos personales. ERROR.
No han obtenido el resultado que esperaban y entonces comienzan con la búsqueda del milagro. El primer lugar al que llegan, por lo general, es a una agencia inmobiliaria.
¿Está asegurada la venta por el simple hecho de acudir a un “experto inmobiliario”?
Dependerá de quién sea el agente.
Personalmente creo que hay dos perfiles de agentes inmobiliarios. Personas que venden viviendas como si vendiesen verdura en el mercado porque, no venden, despachan; y por otra parte, profesionales que se ponen en la piel del vendedor y del comprador.
Esto último es la clave de las ventas. Conocer de primera mano la necesidad del vendedor y los deseos de quien piensa comprar. Aquí entran en juego los tiempos, lo valioso que es el tiempo.
Esto, un Home Stager, el profesional que se dedica a cuadrar todo para que la vivienda ofrezca su mejor versión y se venda, lo entiende a la perfección.
Esto se refleja en una estadística que quiero compartiros. Ocho de cada diez casas que han contratado servicios de Home Staging, se venden en los primeros noventa días, además de incrementar su precio de venta hasta en un 50%.
¿Esto es un milagro? En absoluto.
Lo que hace un Home Stager es: analizar los puntos fuertes y no tan fuertes de un inmueble. Una vez identificados se trabaja en ellos para que la casa tenga un único criterio estilístico y que así fluyan todas las estancias, creando un todo. A esto se le llama “La mejor versión de una vivienda”.
Ahora bien, el Home Staging ¿Es un gasto o una inversión?
Un gasto es comprar y colocar sin criterio, a nuestro gusto, chismes u objetos de decoración que no aportan valor y no generan ningún tipo de emoción en un posible comprador. Esto no sólo afecta en la pérdida económica, sino también en uno de los recursos más valiosos a l ahora de vender, el tiempo.
Pensemos que vamos a destinar una cantidad de dinero para pulir al máximo la imagen de nuestra casa. Esto supondrá vender más rápido y a mejor precio, en la mayoría de los casos un 50% más. Entonces, contratar servicios de Home Staging es una inversión en toda regla.