La ilusión es la sensación que sentimos ante un nuevo proyecto de vida, como nuestra primera vivienda.
No hay nada más reconfortante que imaginar cómo será nuestro hogar, ese lugar al que volver cada día, donde encontrar nuestra paz, nuestro descanso.
La verdad es que de forma inconsciente, o tal vez también conscientemente, invertimos mucho tiempo en pensar cómo sería ese espacio único y personal, nuestro espacio.
Todos nos hemos parado alguna vez frente a escaparates de tiendas de decoración, de muebles, de textiles… y hemos visto cosas que nos han gustado y hemos pensado: cuando yo tenga mi casa pondré algo así, o…, me gustaría ese tipo de decoración. De esta manera vamos interiorizando aquello que nos gusta, que desearíamos tener.
También ocurre mientras navegamos por internet. Aparecen miles de webs, anuncios, imágenes de salones de ensueño, dormitorios increíbles, baños que parecen spas y un largo etcétera. Es todo tan bonito, tan perfecto y tan ideal que lo queremos. Claro que sí, lo queremos en nuestra casa.
Pero ¿qué pasa cuándo nuestra vivienda está totalmente vacía? ¿Por dónde empiezas? ¿A qué estilo te aferras? ¿Qué colores escoges? ¿Cómo ordenas todo eso que te gusta para materializarlo? ¿se puede hacer en mi vivienda ese baño que he visto, o ese salón que me encanta?
Son muchas preguntas y esto supone un gran caos. Esto ocurre cuando una vivienda se convierte en un LIENZO EN BLANCO. Las posibilidades son infinitas.
Debemos tener muy presente que vivirás mucho tiempo en esa vivienda que has comprado. Esto implica que hay que tomar decisiones bien meditadas para no cansarnos de nuestra casa en menos que canta un gallo.
Por otra parte, también existe la posibilidad de que seas propietario/a de una vivienda vacía en la que tú no vas a vivir. La vas a vender o la vas a alquilar.
En este caso el caos de preguntas de las que hablábamos, se nos presenta igualmente. Una vivienda vacía puesta a la venta, no tiene ningún atractivo en el mercado. Y si se pone en alquiler menos aún.
Una persona que quiere alquilar una casa, quiere entrar directamente con sus enseres personales. Pensemos que la vivienda no es suya, no va a invertir en acondicionar el inmueble.
En el caso de la venta lo que ocurre es que los interesados/as no consiguen vislumbrar el potencial de la vivienda, porque está desnuda. No ofrece nada. Son paredes, ventanas, puertas y techos. Nada más. Todo obra. El visitante quiere sentir algo al cruzar la puerta. Busca la chispa que le haga decidir si ese será su hogar o no.
Para lograr eso tenemos que hacer algo. Tenemos que trabajar esa vivienda. Hay que convertirla en un “hogar”.
¿Cómo conseguimos esto? Trabajando de la mano de un Home Stager.
La figura del Home Stager es muy importante para poner orden a las ideas.
Tanto si la vivienda es para ti, como si es para vender o alquilar, el Home Staging es la herramienta que hará de tu casa el espacio que necesitas.
El Home Staging se adapta a ambos casos.
Si el objetivo es crear tu hogar, el Home Stager va a analizar tus gustos, tus preferencias, va a poner orden en todo ello para que todas las estancias de la casa fluyan y tengan el mismo criterio. Además también se hace un estudio del color, porque además de tus gustos personales, debe haber una armonía general en la vivienda. Se trata de llevar a cabo un proyecto personalizado desde el principio hasta el final. De esta forma eliminamos la mala sensación de enfrentarnos a un inmueble totalmente vacío, y evitamos caer en el error de mezclar mucho, de llenar en exceso las estancias o de dejarlas muy vacías. Evitamos al fin y al cabo, tomar malas
acondicionar el inmueble.
En el caso de la venta lo que ocurre es que los interesados/as no consiguen vislumbrar el potencial de la vivienda, porque está desnuda. No ofrece nada. Son paredes, ventanas, puertas y techos. Nada más. Todo obra. El visitante quiere sentir algo al cruzar la puerta. Busca la chispa que le haga decidir si ese será su hogar o no.
Para lograr eso tenemos que hacer algo. Tenemos que trabajar esa vivienda. Hay que convertirla en un “hogar”.
¿Cómo conseguimos esto? Trabajando de la mano de un Home Stager.
La figura del Home Stager es muy importante para poner orden a las ideas.
Tanto si la vivienda es para ti, como si es para vender o alquilar, el Home Staging es la herramienta que hará de tu casa el espacio que necesitas.
El Home Staging se adapta a ambos casos.
Si el objetivo es crear tu hogar, el Home Stager va a analizar tus gustos, tus preferencias, va a poner orden en todo ello para que todas las estancias de la casa fluyan y tengan el mismo criterio. Además también se hace un estudio del color, porque además de tus gustos personales, debe haber una armonía general en la vivienda. Se trata de llevar a cabo un proyecto personalizado desde el principio hasta el final.
De esta forma eliminamos la mala sensación de enfrentarnos a un inmueble totalmente vacío, y evitamos caer en el error de mezclar mucho, de llenar en exceso las estancias o de dejarlas muy vacías. Evitamos al fin y al cabo, tomar malas decisiones o decisiones poco meditadas, impulsadas por la emoción. Por ello el Home Stager será tu guía.
Si por el contrario tu objetivo es poner a la venta o en alquiler el inmueble que ahora mismo tienes vacío, el Home Staging también es la herramienta que puede evitar que el mercado la rechace sistemáticamente.
En este caso el proyecto que llevaría a cabo el Home Stager es totalmente despersonalizado. Trabajamos sin saber quién será el consumidor final. Por ello nos centraremos en colores muy suaves y neutrales, creando ambientes relajados y aptos para acoger cualquier estilo.
Estos proyectos suelen ser más básicos, porque el objetivo es crear una puesta en escena que nos hable de las posibilidades que ofrece esa vivienda, que nos hable también de lo luminosa o lo espaciosa que es la casa. Que nos transmita de forma subconsciente todo lo que ofrece, todo aquello que podrías hacer ahí si te quedas, sin compras o alquilas.